

El 8 de abril nos dejó nuestra querida maestra y amiga Teresa del Valle, catedrática emérita de Antropología social de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. Teresa del Valle fue profesora en nuestro máster en los cursos sobre Metodologías Feministas coordinados por la profesora Carmen Gregorio Gil, desde la primera edición del GEMMA 2007/2008 y hasta el curso 2019/20, si bien su presencia en nuestro Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres y del Género abarca un largo recorrido sostenido en el tiempo. Este se remonta a la década de los 80 del siglo pasado cuando participó en el 1º Encuentro interdisciplinar de Estudios de la Mujer, celebrado en el año 1988 con la ponencia “El momento actual en la antropología de la mujer: modelos y paradigmas. El sexo se hereda, se cambia y el género se construye”, trabajo pionero, que sentaría las bases de una Antropología Feminista en el Estado español. Además, participó como profesora en el Programa de Doctorado en Estudios de las Mujeres y del Género, en las cuatro ediciones del Experta/o en Género e Igualdad de Oportunidades, así como en otros eventos y conferencias organizadas por el profesorado del Instituto.
Teresa se ha despedido a la edad de 88 años, lo que le ha permitido observar con enorme satisfacción cómo su Escuela se ha ramificado más allá de las fronteras de Euskadi, su tierra natal, ocupando un lugar muy importante en nuestra Universidad de Granada. No es un hecho azaroso que en julio del año pasado celebrásemos en Granada el II Congreso de Antropología Feminista, tomando el testigo del I Congreso celebrado en Donostia. Cuesta imaginar el desarrollo de una línea de investigación en Antropología Feminista en la Universidad de Granada sin su mentorazgo (Gregorio Gil 2023. “Teresa del Valle Murga, maestra y mentora: precursora de la Antropología feminista en el Estado Español”, en Pena, Corrochano y Téllez (eds.) Maestras de la Antropología en España. Comares: Granada). Su legado será revisitado de manera constante, no solo desde la Antropología social sino también desde un conjunto amplio de disciplinas del saber con las que Teresa estableció fructíferos diálogos: la Historia del Arte, la Literatura, la Historia contemporánea, el Urbanismo, la Filosofía, la Pedagogía y, por supuesto, los Estudios de Género.
Ya no podremos pasear con ella por las calles de Granada parando el tiempo, tomar un chocolate en la plaza de Bib-Rambla, caminar la romería de San Cecilio por el Camino del Sacromonte, visitar la tienda de especias de la Calle Puentezuelas, tomarnos una manzanilla con unas gotita de anís en el Carmen de la Victoria, sentir juntas el silencio en sus jardines mientras contemplamos la Alhambra, oler las flores de azahar y de jazmín paseando por las calles del Albayzín, vibrar tocando los libros de la Biblioteca de Hospital Real, adentrarnos por caminos de tierra entre las cuevas del Sacromonte o sentir la noche mientras escuchamos un concierto en el Patio de los Aljibes en la Alhambra. Haremos estos recorridos en solitario o con otras compañeras de vida, recordándola. Aunque la tendremos muy presente, ya no será lo mismo.
Nos deja un importante legado que alumnado y profesorado de esta gran comunidad transnacional que es el GEMMA hemos podido disfrutar y seguiremos disfrutando, leyendo su vasta obra o escuchándola en las grabaciones de sus conferencias y entrevistas. Con ella hemos aprendido a mirar el espacio, el tiempo, el parentesco, el poder, los rituales, la memoria, el miedo, la ciudad, la arquitectura desde la complejidad que aporta la mirada antropológica y feminista. También a asumir nuevos desafíos, porque Teresa creía apasionadamente en el valor de la Antropología social para el cambio social. Para ella la antropología era ciencia y arte “Es arte porque incluye los procesos creativos individuales y grupales. Incorpora la espontaneidad, lo fantasmagórico, las ambivalencias entre lo real y lo irreal. Encierra lo imprevisible del comportamiento humano, las posibilidades de generar nuevos contenidos, nuevos significados ante los avances de la técnica o ante el surgimiento de problemas fruto de la destrucción y la decadencia” (Artículo completo aquí). Y futuro.
Desde su apertura, sensibilidad, generosidad y esa escucha atenta que practicaba magistralmente, Teresa nos contagió su pasión por el conocimiento de una forma vivida. Aprendimos con ella de ese estar antropológico, como a ella le gustaba decir, para la vida.
Infinitas gracias, Teresa.
Carmen Gregorio Gil, profesora del Departamento de Antropología social y Adelina Sánchez Espinosa, coordinadora del consorcio GEMMA (Adelina GPS, como me llamaba cariñosamente Teresa del Valle).